No importa la edad, cualquier aspecto de tu personalidad puedes cambiar, y aumentar la autoestima puede ser uno de ellos. La autoestima es ese grado de aprecio que se tiene por uno mismo y que resulta importante para lograr muchas cosas en la vida porque de ella depende la confianza y la seguridad en sí mismo.

Erróneamente algunas personas piensan que su problema de autoestima baja es un mal que sufrirán toda su vida. Esto es porque desconocen la existencia de una serie de técnicas orientadas a mejorar la autoestima.

¿Por qué es tan importante la autoestima?

La autoestima cuando es baja afecta la forma como la persona se siente y como se relaciona con los demás. Por ejemplo, una persona con baja autoestima no siente confianza para enfrentar muchos de sus problemas y tiende a sentirse agobiada e infeliz.

En otras palabras, la autoestima es parte de la voluntad que nos ayuda a superar los retos que van surgiendo, por lo que si es alta se nos hará más fácil superar esas dificultades.

Sin embargo, para muchas personas no es muy fácil tener una autoestima alta porque han crecido en un ambiente donde se ha alimentado su autoconcepto con valores negativos.

El autoconcepto es el conocimiento de sí mismo y ciertas personas desde la niñez han recibido refuerzos negativos (por ejemplo, con frases como “tú no sirves para nada”) que las han llevado a creer que realmente no cuentan con cualidades valiosas.

Al llegar a la etapa adulta con este autoconcepto negativo verán los problemas como una cuesta arriba y tenderán a encerrarse en sí mismas. Muchas veces estas personas llegan a necesitar ayuda psicológica para superar cuadros depresivos.

Sin embargo, en muchos casos estas personas solo requieren poner en prácticas ciertas técnicas tendientes a incidir en su autoconcepto negativo y así con ello llegar a incrementar la autoestima.

¿Cuáles son las técnicas que ayudan a aumentar la autoestima?

La clave del desarrollo personal está en mejorar la autoestima, lo que implica a su vez mejorar ese conocimiento de uno mismo. Pero ¿cómo anular los efectos de los refuerzos negativos experimentados durante la niñez y la adolescencia?

Primero se debe entender que la raíz de los males está en la formación de ciertos hábitos.

Los hábitos son el resultado de un proceso de aprendizaje a través del tiempo y con los que llegamos a identificarnos, por lo que es algo difícil cambiarlos, pero no imposible.

Esos malos hábitos que se fueron formando como producto de  los refuerzos negativos en la niñez son los auténticos responsables de que la persona no llegue a experimentar motivación y deseos de superación.

Por consiguiente, para cambiar el autoconcepto negativo y así mejorar la autoestima hay que modificar algunos hábitos.

En definitiva, una de las técnicas claves para aumentar la autoestima es detectar los malos hábitos y reemplazarlos por buenos hábitos. Por ejemplo, si crees que hablar sin pensar es una de las causas de que no tengas muchos amigos dedícate a conseguir la manera de cómo frenar tus impulsos.