A cada rato escuchamos o leemos que el dinero no da la verdadera felicidad o lo que es lo mismo, que para ser feliz no se necesita ser rico. Pero ¿Qué hay de cierto en ello? De verdad no lo estarán diciendo de los dientes para afuera.

Cuando una persona dice que no es necesario ser rico para ser feliz podemos pensar tres cosas:

  • Esa persona es rica y es cínica: Pues lo dice con mucho desparpajo porque sencillamente no sufre las necesidades de las personas pobres.
  • Esa persona es pobre y lo dice por despecho: Como ve que no puede llegar a tener fortuna, no le queda de otra que decir la dichosa frase a modo de resignación. Es como la famosa fábula del zorro y las uvas.
  • Esa persona ha leído muchos libros de autoayuda o religiosos o peor aún, nos quiere quitar dinero: Buscando la manera de que no le demos tanta importancia al dinero, acto seguido nos dirá si podemos prestarle algo de dinerillo que nos sobre.

Pero más allá de estos pensamientos, realmente la pregunta seria es ¿se necesita ser rico para ser feliz?

En primer lugar, analicemos las dos condiciones por separado: 1) la de ser rico, y  2) ser feliz y luego juntémosla para ver hasta qué punto puede ser verdad esto que se dice.

  • Ser rico: Se puede ser inmensamente rico. De hecho, la revista Forbes todos los años nos ofrece una lista de personas cuya fortuna les permitiría pagar la deuda externa de un país o comprar una isla con todos sus habitantes si así lo quisieran.
  • Ser feliz: Esta sí que plantea un problema, porque la felicidad no es un estado sino una condición pasajera. Es como un camino por donde se transita y a veces algún factor hace que nos salgamos de él. Sea un dolor, un problema o cualquier necesidad insatisfecha.

De allí que no haya revistas o publicaciones que ofrezcan una lista de personas felices, pero sí que haya muchos videos, libros y religiones donde se plantee un supuesto camino de felicidad.

Ahora bien, vamos a ver las posibilidades que nos ofrecen las dos condiciones cuando se unen:

  1. No es rico pero es feliz. Como ya dijimos antes, si la felicidad es un camino, siendo pobre es más fácil que cualquier obstáculo lo saque del camino de la felicidad. Tendría que ser una persona que no le importe mucha sufrir privaciones.
  2. Es rico pero no es feliz. Puede tener una inmensa fortuna pero puede estar sufriendo la pérdida de un ser querido o una penosa enfermedad. En este caso vale la máxima hay cosas que el dinero no puede comprar.
  3. No es rico y no es feliz: En este caso se dice que la pobreza no es solo material sino también espiritual, pues la persona no solo vive agobiada por las necesidades materiales sino también padece de angustia, estrés y hasta desamor.
  4. Es rico y es feliz: Este sería el estado ideal (ser rico para ser feliz), pero es bastante raro, pues como dijimos anteriormente, puede tener todo el dinero del mundo pero la naturaleza humana es siempre querer ambicionar más, incluso la misma felicidad. Es decir, esta persona nunca está satisfecha del todo y en ello radica su propia infelicidad.